viernes, 19 de julio de 2013

Te quiero para mi vida...a vos y a toda tu locura Jagger.

Que vuelva frecuencia 04 por favor!

martes, 16 de julio de 2013

You paint me a blue sky and go back and turn it to rain 
and I lived in your chess games but you change the rules everyday
No existe la casualidad y lo que nos parece un mero accidente, surge de las más profunda fuente del destino.
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La adiccion clava sus colmillos en el cuello 

Mi unica funcion es bombear sangre, las idioteces que hagas son exclusivamente tuyas.
                                                         Atte: El corazon

viernes, 21 de junio de 2013

si uno no esta donde el cuerpo sino donde mas lo extrañan y aqui se te extraña tanto!

el superyo se enamoro del ello..que hacemos?

El ello: es lo innato y el impulso, es la función más antigua y original de la personalidad y la base del superyó y el yo,es decir  el diablito que se sienta en el hombro y te dice al oido lo que no querés escuchar por que te tienta. Representa nuestros impulsos, necesidades y deseos básicos, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad. Allí existen las contradicciones, lo ilógico, y lo perverso.

El superyó es la parte que controla y calma un poco al ello, el angelito que discute con el diablo hasta que el yo resuelve. Representa los pensamientos morales y éticos. Consta de dos subsistemas: la conciencia y el ideal del yo. La conciencia autocrítica y reflexiva, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal compuesta de conductas aprobadas y recompensadas, un concepto de quien pensamos deberíamos ser.

El Yo, que trata de un modo realista de manifestarse ante los deseos y demandas del ello de acuerdo con el mundo exterior y lo que se debe hacer. Aplaca las perversiones e impulsos del ello pero evoluciona a partir del él y sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos, sin hacer enojar al superyó en el mundo real. Como ejecutor de la personalidad, tiene que medir entre las tres fuerzas que le exigen: las del mundo de la realidad, las del ello y las del superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.
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El sujeto enamorado agarra el corazón y lo deja en manos de otro que capaz se lo olvida en cualquier esquina.