lunes, 29 de agosto de 2011

Bajamos por los peñascos resbaladizos hasta alcanzar la playa de arena blanca,y anduvimos por ella en silencio,contemplando la espuma,blanca como la nieve,que saltaba entre las rocas o se extendia hasta nosotros sobre la arena fria y compacta.El viento rugia en mis oidos y me asalto la sensacion de soledad que siempre despierta en mi ese sonido,ese rugido del viento que ahoga todos los demas sentidos,ademas del oido.