El amor no ve con los ojos, sino con el alma, y por eso pintan ciego al  alado Cupido. Ni en la mente de Amor se ha registrado señal alguna de  discernimiento. Alas sin ojos son emblema de imprudente premura, y a  causa de ello se dice que el amor es un niño, porque en la elección erra frecuentemente. Así como se ve a los niños traviesos infringir en  los juegos sus juramentos, así el rapaz Amor es perjuro en todas partes.
                                                                                                          [William Shakespeare] 
 
